miércoles, 18 de noviembre de 2009

MEMORIA DEL VIERNES 13 DE NOVIEMBRE

Durante esta última sesión nos dedicamos a poner en común lo avanzado por cada uno a lo largo de la semana.

Federico ha estado leyendo Imperios del mundo Atlántico de John Elliot, libro del que ha extraído un resumen del que ha extraído una comparativa de lo que fueron las colonizaciones española e inglesa.

España organizó su imperio de acuerdo con los criterios del momento; este sistema político, económico, social y religioso siguió prevaleciendo, con pocos cambios, hasta el siglo XVIII, cuando los Borbones trataron de sacudirse el orden tradicional y adoptar uno más moderno.

Inglaterra, por su parte, llegó a Norteamérica a comienzos del siglo XVII, precisamente el siglo de la Revolución inglesa, lo que favoreció la implantación en América de un sistema de representación democrática. También en el siglo XVII empezaron a cambiar las nociones acerca de la economía, lo que permitió un sistema de libertad económica. Y se produjeron la Revolución científica y la Revolución industrial

La Guerra de Siete Años (1756-1763) entre España e Inglaterra condujo a ambos imperios a explotar más a sus colonias mediante la vía tributaria con el fin de fortalecer sus ejércitos. El resultado fueron rebeliones y resistencias en ambos imperios. Las rebeliones de las colonias inglesas condujeron de inmediato a la independencia, en 1777, pues los orgullosos ingleses americanos querían seguir siendo tan libres como los de Inglaterra.
Las colonias españolas, por su parte, permanecieron controladas y expuestas a una creciente explotación tributaria, hasta las revoluciones iniciadas en 1808 que condujeron a la independencia de casi toda Hispanoamérica. La guerra aquí fue mucho más larga y destructiva, porque el imperio español realmente perdía mucha riqueza al perder a América. Y la falta de una tradición democrática fomentó graves dificultades en los nuevos países independientes hispanoamericanos en el siglo XIX y hasta el presente.

Carlos ha hecho una recopilación de algunos conceptos sobre el régimen fiscal en América que son imprescindibles para entender la economía colonial española.

Los nuevos recursos de América fueron muy útiles para sufragar las costosas empresas hispanas.
Era la Real Hacienda Indiana la encargada de organizar convenientemente la economía en las colonias, en relación, con la Contaduría Mayor de Castilla.

Cada capital de virreinato y de provincia disponía de una Casa de Hacienda y de una Caja Real. contaban con un tesorero, encargado de recibir los ingresos y enviar la parte correspondiente a la Hacienda Real a la metrópoli; un factor, que cuidaba los almacenes y gestionaba la compra/venta de las mercancías; un contador, encargado de la contabilidad; un veedor, cargo que luego desaparecería, pero que se ocupaba de controlar los "rescates” y más tarde pasaría a encargarse de las fundiciones de oro y plata; y por último existían varios tenientes, que eran los sustitutos y representantes de estos cargos anteriormente mencionados.

Los oficiales reales, por su parte, eran los encargados de evitar la corrupción entre estos funcionarios. Tuvieron especial importancia en los primeros momentos, cuando el afán de riquezas era generalizado ("hacer las indias"). Las provincias eran unas 50, variando su tamaño y número con la época. En las más importantes existía la llamada Junta Superior de la Real Hacienda, que, a las órdenes del virrey o gobernador, controlaba la organización fiscal de la provincia.

Los ingresos que recibía la corona seguían múltiples caminos. Las regalías eran una de las principales vías, y aglutinaban las minas, el oro aluvial, perlas, esmeraldas, tesoros indígenas, etc. Algunas de estas regalías fueron otorgadas a particulares, a cambio de la 5ª parte de los beneficios obtenidos (el llamado quinto).

El almojarifazo gravaba las mercancías importadas de América y las que la península recibía de allí.

El Quinto Real consistía en un impuesto mediante el cual la Corona recibía la 5ª parte de determinados rendimientos. En un principio era más elevado, pero luego se rebajó hasta establecerse el quinto. Se aplicaba en minas, perlas, rescates y en los botines (quinto del botín).

Entre 1511 y 1523, se estableció el impuesto de la Santa Cruzada. En cuanto el indígena pasaba a ser vasallo, se le fijaba un tributo que podía pagar en metálico, en especie o en fuerza de trabajo. Lo pagaban los indios de entre 18 y 50 años, salvo caciques y sus hijos, alcaldes y tribus sometidas pacíficamente (Tlaxcaltecas).

Además de todo esto, cabe destacar que en ocasiones -especialmente bajo el mandato de Carlos I- se llevaban a cabo confiscaciones de bienes particulares, para sostener la política imperial.

Yo por mi parte me he dedicado a la lectura del libro de Kagan R. L. y PARKER G. España, Europa y el mundo atlántico. Homenaje a John Elliot del que he extraído la siguiente información sobre los inicios de la colonización y los primeros pasos para la articulación del sistema administrativo.

Las conquistas militares españolas en el continente americano se dieron aproximadamente entre los años 1520 y 1540. Estos episodios expansivos ganaron fama a causa de la relativa facilidad con la que se dieron a cabo. Estas victorias sobre los nativos, a pesar de que los invasores fueron superados en número, pueden explicarse mediante la combinación de los siguientes factores: superioridad en armamento, táctica y estrategia; divisiones políticas entre los nativos; enfermedades introducidas involuntariamente desde Europa aunque de forma devastadora; error de los nativos al tener una interpretación equivocada de las intenciones, ambiciones, identidad, etc. de los españoles y un choque psicológico entre un mundo animista (lo humano y lo divino, fundidos) contra un pragmatismo utilitario perteneciente al Renacimiento.

Después de haber rapiñado todo lo que se pudo durante estas dos décadas, se intentó crear una fuente de riqueza más duradera que se vislumbró como solución viable durante las conquistas. En primer lugar, se vio necesario conocer las formas de organización política, religiosa y social de los nativos para, luego, poder crear una máquina administrativa e instalarla para gobernarlos; también para tener bajo control a los colonos que trataban de conseguir ganancias a expensas del Estado. Así, en primer lugar, se permitía gobernar (como gobernadores o virreyes) a los descubridores, como fue el caso de Colón, y los conquistadores, como Cortés o Pizarro, para luego ser sustituidos, despojándoseles de su cargo y otros derechos, por Audiencias: en 1511 aparece la primera, la Audiencia en Santo Domingo. Las Audiencias eran elementos básicos de gobierno colonial que se extendieron durante el siglo XVI por todo el centro y sur de América a medida que la conquista avanzaba. Por supuesto, estas Audiencias americanas estaban vinculadas al gobierno de España y tenían sus orígenes en las cancillerías de Castilla. Estas instituciones llegaron a tratar y administrar el poder ejecutivo, judicial y legislativo.

También cabe destacar el vínculo de la Iglesia con el Estado en las Indias conseguido gracias a Isabel que al prometer la evangelización de los nativos americanos Roma concedió a España la autoridad sobre los diezmos, el derecho a nombrar cargos eclesiásticos, regulación de los clérigos, etc. Con todo esto, la Iglesia se convirtió en un arma del Estado. Aunque hubo disputas entre corona y clero sobre procedimientos y forma.

La presión combinada de Estado, Iglesia y colonos produjo grandes cambios en las sociedades nativas aunque hubo zonas donde resistió la cultura indígena. Uno de los cambios más significativos y claros fue la “compresión” de los rangos sociales. Los conquistadores acabaron con la estratificación en las sociedades más avanzadas, eliminando la capa superior e inferior creando una masa unitaria de trabajadores al servicio de los colonos.

En esta semana se seguirá avanzando aunque aún no tenemos clara la bibliografía que utilizará cada uno.

1 comentario:

  1. ¡Cuidado con leer demasiado sobre el siglo XVIII! No olvidéis que vuestro trabajo versa sobre el siglo XVI.
    Atentamente

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